El tiempo pasa y mis sentimientos (o ausencia de ellos) por
JL no cambian. Todas las semanas me digo que esto no puede seguir así, y todas
las semanas le veo y es todo tan fácil, y tan agradable y tan tierno en su
sencillez, que me siento incapaz de hacer algo al respecto. Acostarme con Luke
tampoco me ayudó a aclarar las cosas, para bien o para mal.
Hay muchas formas de mentir, y todas, en mi opinión, son
igualmente deleznables. Yo sé que estoy mintiendo a JL. Nunca le he dicho nada que no pensara o no sintiera. Nunca en mis
frases he dejado flotar una promesa de futuro, nunca una palabra sobre amor o
compromiso, nunca un acto de arrebatado sentimentalismo.
Y sin embargo, le
miento. No por pensamiento, palabra u obra, sino por omisión. Por mi culpa, por
mi culpa, por mi gran culpa.
Yo sé (o intuyo) que él acepta mi silencio como un sí, y que
el hecho de que cuando estemos juntos nos comportemos como novios (y yo no
objete nada al respecto) le hace pensar que estamos en la misma página y que
esta relación va encaminada a un posible futuro juntos. Pero no es así, y
siento que me estoy guardando información importante que él debería conocer.
Y yo me pregunto, ¿a partir de qué momento estamos obligados
a compartir estas cosas? ¿Cuándo una relación se convierte en una relación?
¿Cuándo empezamos a deberle algo a la otra persona?
Hasta donde yo sé, JL es sólo mi amante, sin ataduras y sin
fidelidades, y sin embargo, siento que lo que estoy haciendo está mal. Muy mal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario