domingo, 16 de septiembre de 2012

Mentir por omisión


El tiempo pasa y mis sentimientos (o ausencia de ellos) por JL no cambian. Todas las semanas me digo que esto no puede seguir así, y todas las semanas le veo y es todo tan fácil, y tan agradable y tan tierno en su sencillez, que me siento incapaz de hacer algo al respecto. Acostarme con Luke tampoco me ayudó a aclarar las cosas, para bien o para mal.

Hay muchas formas de mentir, y todas, en mi opinión, son igualmente deleznables. Yo sé que estoy mintiendo a JL. Nunca le he dicho nada que no pensara o no sintiera. Nunca en mis frases he dejado flotar una promesa de futuro, nunca una palabra sobre amor o compromiso, nunca un acto de arrebatado sentimentalismo. 

Y sin embargo, le miento. No por pensamiento, palabra u obra, sino por omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

Yo sé (o intuyo) que él acepta mi silencio como un sí, y que el hecho de que cuando estemos juntos nos comportemos como novios (y yo no objete nada al respecto) le hace pensar que estamos en la misma página y que esta relación va encaminada a un posible futuro juntos. Pero no es así, y siento que me estoy guardando información importante que él debería conocer.

Y yo me pregunto, ¿a partir de qué momento estamos obligados a compartir estas cosas? ¿Cuándo una relación se convierte en una relación? ¿Cuándo empezamos a deberle algo a la otra persona?

Hasta donde yo sé, JL es sólo mi amante, sin ataduras y sin fidelidades, y sin embargo, siento que lo que estoy haciendo está mal. Muy mal.



No hay comentarios:

Publicar un comentario