“Que es una tontería, que para eso están los sms, que cada
vez que quieres quedar con los colegas te tiras tres horas chateando, que
estáis todos enganchados…”
“Yo sólo te digo que es práctico y que a mí me resulta muy
cómodo”
Ésta es más o menos la conversación que tuvimos Luke y yo en
nuestra primera cita allá por el mes de mayo. Cuál no ha sido mi sorpresa
cuando, tres meses después, mi Wildfire (siempre tan atento) me sorprende con
una “Sugerencia de whatsapp contacto - Luke”.
He intentado ser buena, pero no he podido quedarme callada a
pesar de hacer más de dos meses que no hablamos:
“No me puedo creer que después de todo lo que has
despotricado al final te hayas puesto whatsapp. Aunque ya no estemos en
contacto, tenía que decirlo. Suerte y un beso”.
La idea era dejarlo ahí, pero el hombre protesta, el niño
guapo y consentido (pero muy divertido, no nos vamos a engañar) no se lo ha
tomado a mal, me ha contestado y hemos reanudado conversaciones. La magia del
whatsapp.
No hay comentarios:
Publicar un comentario