miércoles, 28 de marzo de 2012

De evaluación (You know nothing, Jon Snow)


Mi familia se desmorona, mi amiga está enferma, yo me arrastro por el metro agotada, llegando tarde y sintiendo que no llego. Y Cutie no me ayuda, no se entera, no le importa. Y yo me doy cuenta de que no tengo derecho a pedir nada y de que esto no es lo que busco. Pero ¿ahora? ¿Justo ahora? Yo le digo "you know nothing, Jon Snow" y él se ríe porque está en otra. 

¿No podías haber esperado un poco? ¿No podrías jugar un rato a que me entiendes y a que te importa? Yo también tengo ganas de verte pero mi libido está sepultada por una montaña de exámenes y boletines de notas, visitas al hospital y lágrimas de madre. La urgencia es el abrazo y el café, no los fluidos y los condones. Y yo sé que no puedo contar contigo. Ni hasta dos ni hasta tres. 

Siempre lo he sabido, pero ahora, jode.


martes, 27 de marzo de 2012

Carta a mis alumnos adolescentes


Queridos alumnos,

Quería deciros que no importa lo que os digamos o hagamos creer en clase: Nuestra vida también está patasarriba. Nosotros también dudamos, también somos inseguros y también estamos perdidos y aspiramos y soñamos con cosas mejores.

A veces nos rompen el corazón y no tenemos ganas de nada. A veces nos ponemos la música muy alta para apagar el mundo y no escuchar a nadie que nos diga lo que tenemos que hacer.

A veces metemos la pata sólo por diversión o curiosidad y tomamos malas decisiones a propósito.

Por la noche nos dan las 2 de la mañana sin querer acostarnos y al día siguiente deseamos poder decirle a mamá que no queremos ir al cole.

Procrastinamos, nos mentimos y capitulamos. Ser adulto no es que te gusten cosas diferentes, es ser capaz de hacer las cosas que odias hacer. Ser adulto es un poco resignarse.

Algunos días nos sentimos muy mayores, demasiado, y otros nos preguntamos quién es esa señora que nos mira en el espejo. ¿Cuándo crecimos tanto? ¿Quién nos preguntó si queríamos hacerlo?

Una mala palabra nos puede arruinar el día y una sonrisa en el autobús nos pinta la mañana de colores.

Nos pasa que no sabemos hablarle a ese chico que nos gusta y no sabemos por qué y nos ponemos nerviosos y desearíamos que el amor fuera una cosa más fácil.

Aunque a veces os hagamos creer lo contrario, no somos tan distintos, y por eso os quiero pedir perdón por anticipado. Perdón por esta evaluación, por las broncas, los sermones y los suspensos. No me gusta, no lo disfruto. Es sólo algo que tengo que hacer.

domingo, 25 de marzo de 2012

Flechazos


Mi amiga Dulce se ha enamorado. Se ha enamorado tanto que anda como loca por todo Madrid sacando papeles y poniéndoles sellos para poder casarse cuando llegue el verano.
El hecho de que su relación se haya forjado en horas y horas de Skype y sólo 10 días de contacto físico pre-luna de miel parece que no es impedimento para decidir pasar el resto de su vida junto a ese encantador desconocido.

Yo, siempre que tengo oportunidad le digo que está loca y ella, que me tiene paciencia, a mí y a mis sermones, sonríe y hace un meandro para llegar a un lugar donde lo que está haciendo tiene sentido.
Y supongo que para ella lo tiene.

En mis ratos buenos, en los que no soy una momia hueca y sin corazón, me pongo en su lugar y pienso que es afortunada. Estar enamorado es maravilloso, sobre todo cuando eres correspondido. Pero a mí nunca me ha pasado eso de hablar 10 minutos con alguien y ya saber, o pensar, o creer que puedo pasar el resto de la vida a su lado.

Dulce, por el contrario, tiene tendencia a enamorarse, es propensa a perder la cabeza por los hombres que la tratan bien en un principio, como un diabético es propenso al shock insulínico, y en ambos casos la cosa suele terminar mal. Pero según dicen, quien no arriesga no gana. Si alguien inventara algún día un medidor de la felicidad, en temas de amor, creo que Dulce, con todo y sus fracasos, rompía la aguja. O al menos, la subía más que yo. Así que ¿quién soy yo para decirle que está mal, que no siga que se va a estrellar?

Puede que mi frialdad se deba a algún tipo de mecanismo de defensa subconsciente. Según cuenta mi madre, soy el fruto de un flechazo. Y visto el matrimonio de mis padres, se me quitan las ganas de amar a primera vista.

jueves, 22 de marzo de 2012

Make up sex (Iniciativa II parte)


¿Estaba enfadada por el pseudoplantón? No, no creo. ¿Un poco frustrada y/o decepcionada? Probablemente. Aún así, ante cualquier juez, y con la mano sobre Rayuela o el Señor de los Anillos, seguiré jurando que mi comentario no encerraba mala intención, sólo pretendía hacerle ver, a modo de broma, que un poco de iniciativa por su parte no vendría nada mal. La cosa fue más o menos así:

Cutie: Así que otro día yendo al curro sin dormir, o no verte hasta el sábado que viene… Difícil decisión
Beli: Sip. Y tu fuerte no es precisamente tomar decisiones

Y así, sin más, desaté al monstruo:

Que si ya estaba harto, que si a qué venía eso, que si el otro día había estado genial conmigo pero por la mañana en el trabajo lo había pasado fatal, que si no entendía nada…

Y mientras yo ahí, sin atreverme a teclear, mirando cómo la pantalla de mi móvil se llenaba de párrafos y párrafos de bronca gratuita por whatsapp. En cierto punto me planteé mandarles a tomar viento a él y a su resaca mal llevada, pero después recordé que, al fin y al cabo, se supone que yo soy la parte madura de esta relación, y como tal, debía resolver esto como hace la gente adulta:

Beli: Hey! Acabamos de tener nuestra primera pelea!
          Are you ready for the make up sex?

Y así, de un plumazo, olvidamos nuestras diferencias, hicimos las paces y me fui a dormir con la tranquilidad que sólo la satisfacción del deber cumplido y un par de orgasmos te pueden proporcionar.

Beli, creo que por fin estás madurando…

domingo, 18 de marzo de 2012

Iniciativa


Que si te mando un beso, que si mejor te lo doy en persona…
Que si qué haces, yo nada, ¿Y tú? Y que qué pena que estemos los dos tan solos y tan aburridos…
Que si te tengo ganas, que si ya estás tardando…

Que digo yo que después de los puntos suspensivos, debería venir la segunda parte de la historia, menos digital y más… digital.

Pero Cutie sólo es valiente detrás de la pantalla de su Nexus One y yo pierdo un poco la paciencia. A estas alturas del partido, la timidez no procede y a mí, que no me gusta llevar la iniciativa, se me empieza a hacer pesado el tener que ser la voz cantante y decidir cómo, cuándo y dónde.

Ayer quedamos en que si él terminaba pronto con sus amigos y yo con los míos nos encontraríamos en mi casa. Después de dos horas amenazando con hacerme una visita que nunca llegó, el último mensaje fue algo así como:

-         Ya he terminado. ¿Estoy a tiempo?
-         Llegas media hora tarde. Me he ido a sobar.

En realidad, no llegas media hora tarde. Llegas 8 años tarde.
I’m too old for this shit.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Cosas que se rompen. Cosas que se derriten.


Linda está triste. Ella sigue gesticulando, y riéndose, y moviéndose muy deprisa hacia todos lados como hace siempre, pero tiene pena y cuando se acuerda, llora.
Linda y su chico tienen problemas. Un gorila en la habitación que ella ha visto hace tiempo y lo está llenando todo de pelos, pero cuando intenta sacar el tema, él mira para otra parte y acaricia al perro. O asa un pollo.

Cuando decidieron mudarse a Madrid hace unos meses, tan jóvenes, tan guapos, tan enamorados y tan aventureros como son, nada hacía presagiar que las cosas se iban a poner tan feas. Incluso ahora, si los miras desde lejos, tampoco es fácil encontrar los indicios, porque no gritan, no se pegan ni se tocan con otra gente, pero algo se ha roto, hay una fuga que está empapando el colchón y no les deja dormir bien.

Linda me cuenta lo que pasa (o lo que no pasa) y yo la entiendo porque también he estado ahí y no hace tanto. Es como si me estuviera relatando mi historia, en otro país, en otro idioma, pero el mismo hastío, la misma impotencia, los mismos silencios tristes, porque recuerdan a silencios llenos de cosas. Los esfuerzos por lograr que vuelva a ser fácil, la lucha por hacer cosas que no están en ti, que nunca han hecho falta, porque crees que eso es lo que puede arreglar el problema. La culpa.

Yo a veces admiro a las parejas que se tiran cosas, que rompen platos, se gritan y dan portazos, porque eso lo hace real, se ve, se oye, molesta a los vecinos. Lo otro, mi versión, es tan silenciosa que da angustia. Es la retirada a un rincón a morir como mancuspias, a ver cómo se derrite el helado y deja mancha en la alfombra. No pasa nada, por eso nada puede arreglarlo. Luego lloras un poco y al final, lo que queda es el vacío. Y la vida sigue, un poco más fea, un poco más gris, un poco menos Linda.

domingo, 11 de marzo de 2012

Cómo saber si es demasiado joven para ti


He de decir en mi descargo que nunca me han atraído los chicos más jóvenes que yo. Recuerdo una conversación en la que un alumno me trataba de convencer de que seguro que para un rollo de una noche no le haría ascos a Mario Casas. Yo le dije que hasta para eso prefería a un hombre, que para niños ya tenía a los de la academia. Donde esté un Luis Tosar que se quiten los Maxi Iglesias, los Taylor Lautner y todos sus pectorales juntos, esa ha sido siempre mi filosofía.

Por eso me inquieta este encaprichamiento que me gasto con Cutie que, sospecho, aún no había nacido cuando yo vestía una camiseta de Naranjito. Ninguno de los dos se ha atrevido a preguntar directamente, así que yo por mi cuenta estoy recogiendo pistas que me ayuden a dilucidar cuántos años tiene en realidad:

Pista 1. Cree que el compositor de “Algo contigo” es Vicentico (y ni siquiera sabe que Vicentico era el cantante de los Cadillacs)

Pista 2. Considera que saber que Kurt Cobain se pegó un tiro en los 90 es una demostración de cultura general (no quiero ponerme carca pero, nene, yo estaba allí)

Pista 3. Sus grupos preferidos son Muse y 30 Seconds to Mars y escucha Maldita Nerea en la intimidad (sobre todo la parte de escuchar Maldita Nerea en la intimidad)

Pista 4. Le invitas a tomar una copa en tu casa a las 3 de la mañana y no se da cuenta de que es hora de besarse hasta que te arrojas sobre él como un puma hambriento

Pista 5. Te besa durante una eternidad en el sofá (que no es que me queje, sólo lo menciono) y le tienes que recordar que tienes una cama y que allí se está más a gusto

Pista 6. En la cama le da tanta vergüenza todo que le tienes que agarrar la mano y ponerla tú misma en el lugar apropiado (sí, cielo, YA es el momento)

Pista 7. Tiene un trabajo estable pero vive con sus padres

Pista 8. TODOS sus amigos viven en casa de sus padres

Mi primera apuesta fue 23, pero por lo que me ha contado de su vida laboral, en el peor de los casos tiene 25. Para no sentirme mal y en un momento de desorbitante optimismo impropio de mí, lo subí a 27. De cualquier manera. Hay algo que no me funciona bien. Nada bien.

viernes, 9 de marzo de 2012

Touche (mis niñas sí quieren ser princesas)


Conversación en clase con niñas de 10 a 12 años:

Yo: No tengáis prisa por tener novio. Jugad, disfrutad de vuestras amigas… Ya tendréis tiempo

Niña: Mi madre se casó a los 18, pero yo quiero esperar por lo menos a los 22

Yo: Los 22 son para otra cosa. Hasta los 26 no os lo empecéis ni a plantear

Niña: ¡26! ¡Pero yo no quiero ser vieja cuando me case!

Yo: ¡Auch!

martes, 6 de marzo de 2012

I got laid!


Salita de profesores. Lunes 4:40 de la tarde.
Charleen y Linda toman café y hacen fotocopias. Entra Beli.

Charleen: Hey Lady. How was your weekend?
Beli: Girls… I got laid!

Yeah!                               Congratulations!                

Good for you!                     Awesome!

Huhuhuhu!
That’s great!     

Women! We’ve got the power!    

Women! We’ve got the power!

Si hubieran tenido fuegos artificiales a mano, estoy segura de que habrían tirado unos cuantos. Y llamadme loca, pero juraría que escuché la voz de Freddy Mercury entonando el We are the Champions de fondo.

Para que luego digan que no existe la solidaridad entre mujeres. Aquí si triunfa una, triunfamos todas, sobre todo después de la conversación que habíamos tenido un par de semanas atrás confesando cuánto hacía que, por muy diferentes razones, no lo catábamos.

Espero que el próximo día Cutie no se enfade cuando de repente me levante de la cama y con lágrimas en los ojos diga:

 “Le dedico este polvo a mis compañeras Charleen y Linda. Por la fe que siempre tuvieron en mí. Por su tesón, paciencia, y por no dejar de creer que hay más vida después de la sequía. Va por vosotras, chicas.”

jueves, 1 de marzo de 2012

Amor adolescente


Él se llama Sergio y ella Arancha. Ambos tienen 14 años aunque nadie lo diría porque él es un niño con voz de hombre, y a ella de niña apenas le queda el timbre.

Se sientan uno en frente del otro en clase y cuando creen que no les veo se dicen cosas y se hacen señas. Yo, claro, tengo que ponerme el disfraz de profe e indignarme mucho, y echar la bronca, pero en realidad les sonrío por dentro y me dan ganas de mandarles al parque a hablar de sus cosas y a ponerse de acuerdo.

Se pelean todo el tiempo y se acusan de no contestarse en el Tuenti la noche anterior, pero lo que más me gusta es cuando él la mira sin que ella lo sepa, y cuando Arancha le desafía en silencio y él baja los ojos y se rinde.

Luego, como es de esperar, llega el examen y Arancha saca un 8 y Sergio un 3, porque claro, con esa carita de ángel delante, a quién le interesa el present simple y los frequency adverbs. Yo cumplo con mi deber, le entrego las notas con cara de decepción, le recuerdo que lo puede hacer mejor, le advierto de la importancia del estudio, de que está desaprovechando su potencial, del futuro, el esfuerzo… pero en realidad lo que quiero hacer es abrazarle fuerte y decirle “te van a romper el corazón. Te lo van a  romper tanto…”