No me voy a poner en plan lastimero a preguntar ¿Por qué a
mí? Ni fatalista con un ¿Esto va a ser siempre así? ¿Nunca voy a poder dar con
un tío normal? Ni siquiera autocompasiva afirmando que tengo un imán infalible
para los pirados. Más que nada por no escuchar el coro de voces que canta:
“¿Y qué esperabas? Te
has levantado a un irlandés en un bar a la voz de no quiero dormir sola”
“El sexo casual es decepcionante, y además está muy feo”
“Hazte respetar”
“Tipos casados, padres desconocidos, herpes genital”…
Pero si yo sólo quería un polvo tranquilo, un par de
abracitos, unas risas y un si te he visto no me acuerdo para cerrar el capítulo
Cutie y voy y me encuentro al Marqués de Sade en modo locutor de El larguero.
No voy a entrar en detalles pero me gustaría dejar unos
cuantos puntos claros para futuras referencias:
1. No me lo retransmitas. Por si no te has dado cuenta, yo también estoy ahí.
2. Ya me cuesta bastante no perder la concentración estando
en silencio como para encima tener que responder preguntas. ¿Qué hay de malo en
el lenguaje universal? Si gimo mucho, me gusta, si no, no tanto.
3. Si para ti es imprescindible la comunicación verbal, al
menos que sean preguntas tipo test, no cuestiones a desarrollar.
4. No voy a ir a un club swinger contigo. Los clubs swingers
son para parejas y yo aún no estoy segura de si tu nombre se escribe con L o
con D
5. Mis fantasías íntimas son mías, y son íntimas. ¿Lo pillas o te hago un croquis?
6. No tengo intención de hacer un trío contigo, y mucho
menos meter en él a mi amiga.
7. Nunca, y repito, NUNCA, te pongas una camiseta sin
calzoncillos. Incluso el estilo “Adán con calcetines” tiene mucha más clase.
Por supuesto, después de despedirme elegantemente, salí
corriendo sin dejar rastro. En el camino a casa, con el rimel haciendo juego
con mi estado de ánimo, un borracho al pasar me tocó una teta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario