Francamente, necesitaba estas vacaciones, aunque me han
sabido a poco, no solo porque hayan sido muy cortas, sino porque han estado
llenas de responsabilidades. ¿He descansado? Sí. ¿Estoy mejor que antes?
También. ¿Estoy bien? No del todo. Aunque ahora al menos tengo más energía para
afrontarlo.
Y como no hay pastel sin guinda, para lo bueno y para lo
malo, Cutie está raro. Llamadme aprensiva, llamadme paranoica, pero sé que algo
ha cambiado en la cabeza de Cutie y no me beneficia.
¿Que cómo lo sé? Había escrito un texto larguísimo contando
el por qué de mis sospechas, pero cotilleando en Internet he encontrado este
corto que lo explica mucho mejor.
La indiscreción del Whatsapp, y no hablo del doble check,
que no es dios a no ser que tengas un Iphone (que no es el caso). Las nuevas
tecnologías nos conectan tanto que la mínima flaqueza se nota de forma
inmediata. Esos sutiles cambios que normalmente ocultamos porque en la mayoría
de los casos vuelven a su situación original antes de que el otro se entere,
ahora se convierten en actualizaciones de estado tan públicas como el Facebook
de Mcdonalds.
Y gracias a estos nuevos tiempos de relaciones tecnológicas veo
en directo en mi pantalla cómo Cutie se esfuma de mi vida, intermitente y poco
fiable como wi-fi robada, and I’m not lovin’ it.
No hay comentarios:
Publicar un comentario